Cumbre de Cazuelas y Caldillos
César Fredes
Todo un éxito, y al mismo tiempo una iniciativa que debería institucionalizarse aun más, fue el Cuarto Encuentro Nacional de Caldillos y Cazuelas que organizó el último fin de semana en la Plaza de Armas de Curicó la asociación de cocineros Chef del Maule, bajo la presidencia del maulino Rubén Tapia. Este profesional de las cocinas, que en los últimos diez años ha mantenido con éxito restaurantes en Talca y Curicó, ha sido el motor de la asociación de profesionales que ya hace cuatro años organizó el primer encuentro en la Villa Cultural Huilquilemu, en Talca, y que en su cuarta versión, el viernes, sábado y domingo de la semana pasada, mostró un claro avance organizativo y de concurrencia.
Un elemento muy incidente en el éxito de este encuentro ha sido la ecuménica convocatoria que los chefs del Maule han logrado esta vez, en un esfuerzo conjunto con la Municipalidad de Curicó, el ministerio de Agricultura, Corfo y, particularmente, la dirección regional del Ministerio de la Cultura, mediante la participación directa de su responsable, Mariana Deisler.
Como el vino es un complemento fundamental de la buena cocina, esta verdadera fiesta cultural ha sido celebrada esta vez con la participación y el aporte de las viñas agrupadas en la Ruta del Vino de los Valles de Curicó, que estuvieron presentes en toda la muestra.
"El objetivo de estos encuentros es rescatar recetas y tradiciones culinarias vinculadas a nuestras raíces chilenas y difundir los esfuerzos de los cocineros de todo Chile. Pero lo más importante es decirle a todo el país, a la comunidad y a los medios de comunicación, que hay una verdadera y muy rica cocina chilena en todo el territorio nacional, ignorada y desconocida por los grandes sectores de la población, y de la cual nosotros estamos haciendo una tarea de rescate en la que vamos a insistir", señaló Rubén Tapia.
En el escenario de la Plaza de Armas de Curicó, uno de los más bellos espacios públicos de Chile, los puestos de los participantes concitaron el interés tanto de la comunidad como de los estudiantes de escuelas e institutos de formación gastronómica de la zona. Y, en un coloquio paralelo sobre los temas del certamen, el teatro Victoria se colmó mayoritariamente de estudiantes ávidos de dialogar con los chefs internacionales invitados, Franck Gross y Robert Fischer, y con el periodista especializado Patricio Tapia.
Los platos regionales presentados este año fueron la Carapulca, guiso cocido en piedras con cordero, vacuno, pollo y llamo, de Víctor Manuel Muñoz, de Iquique; la cazuela de llamo con quinoa, de Ricardo Pacheco, de Antofagasta; el caldillo de pejeperro de Günther Collado, de Copiapó; el caldillo de congrio de Roque Cordovez, de Valparaíso; la cazuela de pescados y mariscos de Homero Burgos, de Santiago; la carbonada de mariscos y cochayuyo, de Valentín Hinojosa, de Santiago; el caldillo de róbalo y mariscos, de Rosa de las Mercedes Muñoz, de Constitución; y el caldillo criollo de mariscos y pescados de Paulo Manríquez, de Concepción.
Carlos Beltrán, de Cañete, mostró uno de los platos más interesantes de la jornada, por la autenticidad y originalidad de los ingredientes incorporados en su cazuela de gallina Kollonka (gallina mapuche, que pone huevos azulados), con locro, piñones y papas nativas. En estrecha competencia figuró el de Daniel Larrosa, de Punta Arenas, que mostró una cazuela de albóndigas de carne de ñandú con ruibarbo, ajo chilote, luche y ají en pasta.
Otros platos destacables fueron los que mostraron Mary Venegas, de Puerto Montt, con un caldillo de merluza con choritos, almejas y luche, y Mauricio Mondiglio, de Coyhaique, con una cazuela de cochayuyo con recalentado de cordero asado, muy gustoso y original.
Distintas autoridades y parlamentarios de la zona, como el senador Jaime Gazmuri, comprometieron apoyo futuro, especialmente con miras a la versión del bicentenario que debe efectuarse, se espera que con mucha mayor fuerza, en 2010.
13 de abril de 2009
©la nación
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