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La Pescadera


Una casera que sin nada consiguió todo para sus hijos. A pesar de no tener educación, hoy es una madre feliz que está criando a sus nietos y biznietos. Todo un ejemplo de vida.
[Curanilahue, Chile] Todo el mundo la conoce como ‘la casera'. Hasta hace un tiempo pasaba por las calles de la ciudad empujando su carga de pescado.
De los hijos que tuvo, una siguió la actividad durante algún tiempo corto. El resto poco a poco fue emigrando hacia otras ciudades en busca de mejores horizontes, llevando el recuerdo del gran esfuerzo desarrollado por la madre que separó aguas de su marido cuando tenía poco más de 20 años y desde allí la peleó solita para mantener el hogar.
"Yo tenía dos jornadas de trabajo - indicó - me levantaba a las siete de la mañana y salía con mi carro a recibir la mercadería en el centro. Paraba a almorzar un rato y en la tarde seguía".
Es increíble observar la alegría y el apasionamiento con que habla de su actividad, Elena Molina. "Para mi no había lluvia, viento, fríos, temporales, nunca pensé que podría enfermarme" - recalcó.

Sin Educación
"Lamentablemente nunca fui a la escuela, porque a mí no me pasan gatos por liebres cuando se trata de contar el dinero o dar vueltos, recordar quien me debe - acotó la señora Elena, mientras nos contagia con su sonrisa - por eso mismo me atreví a ir a vender durante unos años a Concepción, nos embarcábamos en Laraquete y llevábamos congrio, corvina, marisco, jaibas y jamás me faltó un peso. De todas maneras se que es importante estudiar, por eso a mis hijos y nietos los mandé todos al colegio, a nadie sacrifiqué en este trabajo".
La señora Elena crió a sus hijos y mantiene en la casa ha varios nietos y biznietos, "de estos he criado nueve - dijo ella.

2 de enero de 2008
©renacer de arauco

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