Pepino de Mar
16 de agosto de 2008
Sin duda, dos señales que buscan resolver los misterios que aún esconden estas singulares piezas del ajedrez marino.
Pero, ¿qué son los pepinos del mar?, ¿qué utilidad pueden tener?, ¿existen las condiciones necesarias para cultivarlos en las costas de Chile y, particularmente, de la Región de Valparaíso?, ¿podrían ser económicamente interesantes?
Éstas y otras interrogantes respondió la profesora Chita Guisado, quien desde hace ocho años empezó a trabajar con la especie que es "económicamente importante en Chile", Athyonidium chilensis, una de las más grandes en el país y que tiene mayor distribución, y que, pese a lo anterior, no se consume en el mercado interno, aunque sí se exporta.
Sobre la especie, acotó que está presente desde Perú hasta Puerto Montt, y en la región existen distribuidos muchos bancos.
Acerca de las ventajas y desventajas de los ejemplares, de los cuales uno sólo puede observar sus tentáculos (permanecen enterrados en la arena), Guisado explica que "lo interesante de esta especie es que está reproductiva todo el año, por lo cual todo el año podríamos producir juveniles".
Sin embargo, la dificultad de trabajar con ella es que la pared que cubre al cuerpo del pepino es demasiado delgada, "característica importante en el mercado. A la gente que los consume les interesa más gruesa".
Un problema que para la docente tiene solución. "El problema de la pared delgada se podría modificar, por ejemplo, a través de la alimentación".
Y, ¿qué hay de su valor comercial?
Una Joya en Oriente
Según cuenta, estos productos son principalmente consumidos en el mercado asiático y su precio es mejor en la medida que tenga más gruesa su pared.
"Si uno ve los valores que tiene en el mercado el kilo de pepino chileno seco (3% de agua), de 3 centímetros de largo aproximado, es de unos 40 dólares. No es despreciable si consideramos que el salmón tiene valores parecidos", compara la docente.
Ahora bien, el problema es que crece lentamente, por lo cual hay que optimizar el crecimiento para producirlos a escala comercial. Además, aunque hay muchas poblaciones en toda la costa de Chile, éstas son muy pequeñas. Incluso, los pescadores no saben donde están los bancos, recalca.
Para Guisado, "es peligroso desarrollar la pesquería de este animal en Chile, porque se podrían exterminar rápidamente las poblaciones, porque hay pocos reproductores. La solución es el cultivo, ya que las normas que tiene la Subsecretaría de Pesca para el tamaño mínimo de pesca no son aplicables en el caso de los ejemplares que son de cultivo".
En la costa de la región, cuenta, "está lleno de pepinos. Y en Maitencillo, por ejemplo, hay una población grande".
"Esta especie sería muy bien comercializada en China, Taiwán, Corea y Japón, pero son las empresas las que deben hacer gestiones".
Acerca del interés que existe por la especie y los pepinos de mar en general, Guisado advierte que es evidente. "Me llaman continuamente y me escriben emails pidiendo contenedores de pepinos. Hay interés porque las poblaciones cercanas están sobreexplotadas".
En el caso de la especie Apostichopus japonicus, explica que está autorizada la primera importación desde China, la cual llegará a la Universidad Arturo Prat en Iquique. Se van a introducir juveniles y adultos, y a realizar el análisis sanitario. "Con esos animales empezaremos a desarrollar la tecnología de producción de juveniles y de engorde de la especie, todo en sistema cerrado y con control de entidades gubernamentales", recalca.
Pero, no sólo interés comercial tienen los pepinos de mar.
En el ámbito de la salud, se ha comprobado que sirven para la artritis, son un complemento vitamínico, se utilizan para combatir problemas de irrigación sanguínea, e incluso, son usados como afrodisíacos. También, otras especies tienen propiedades cicatrizantes.
A sus anteriores bondades, se suma que también son utilizados en la cocina, aunque Guisdo reconoce que "en Chile no se consumen por desconocimiento".
"Se consumen mucho en el mercado asiático, por ejemplo, rellenos con mariscos". Para ello, sólo basta hidratarlos de un día para otro y cocerlos en olla a presión. ¿Cómo combinarlos? A gusto del consumidor.
Pero, de todos modos, a todas luces un producto del cual falta por aprender y aprovechar.
©mercurio de valparaíso
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