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Murió Danny Evins


Fundador de una cadena de restaurants y foco de polémicas.


[Douglas Martin] Murió el sábado en Lebanon, Tennessee, Danny Evins, el creador de la Cracker Barrel Old County Store, un restaurante que se caracterizaba por sus gachas y su nostalgia y que creció hasta convertirse en una cadena de dos mil millones de dólares y luego perdiera un litigio por discriminación contra sus empleados homosexuales. Tenía 76 años.
La causa fue un cáncer a la vejiga, informó su ex esposa Donna S. Evins.
En 1969, Evins era un oil jobber [corredor de petróleo], como se conoce a los intermediarios entre las refinerías de gasolina y los minoristas, cuando se le ocurrió una idea que iba a cambiar su vida y la de la autopista estadounidense: un restaurante casero con mecedoras en el porche, una salamandra y una chimenea dentro, con un tablero de ajedrez en todas las mesas. El alimento –incluyendo bagre, bollos y salsa de jugo de carne y tarta de piña- sería diverso, razonable en cuanto al precio y rápido.
El concepto se implementó en más de seiscientos restaurantes de la compañía en 42 estados, con ventas anuales de más de 2.4 mil millones de dólares. Año tras año, Cracker Barrel ganó encuestas como restaurante de familia en revistas como Nation’s Restaurant News y Destinations. Después de hacerse pública en 1981 para poder expandirse más allá del Sudeste, fue un favorito de la Bolsa.
La idea de apostarse a la salida de las autopistas interestatales para establecer una particular alternativa a la comida rápida –que incluía tiendas de regalos donde se expendía mermelada casera en viejos frascos- provocó el delirio entre analistas financieros, camioneros y niños felices de bajarse del coche.
“Tú sabes lo que te van a servir cuando entras”, dijo Melvin Franklin, que compró acciones de Cracker Barrel antes de que probara su comida, en una entrevista con The Sarasota Herald-Tribune en 1999. “El único problema es que a veces no se puede entrar”.
La respuesta de Evins fue, esencialmente: “Ah, no me digas”. Atribuía todo a la suerte y dijo que tenía un puente en Brooklyn que vendería a cualquiera que pensara de otro modo.
Su tono fue considerablemente más duro cuando tuvo que defender, en enero de 1991, una circular dirigida a todos los restaurantes de la compañía  para que despidieran a los empleados “cuyas preferencias sexuales no demostraran valores heterosexuales”. La explicación que dio Evins sobre su orden fue que los homosexuales ponían incómodos a los clientes en las zonas rurales. Dieciséis empleados homosexuales o sospechosos de serlo fueron prontamente despedidos.
Las protestas estallaron en restaurantes en decenas de pueblos y ciudades; se organizaron boicots; y los accionistas se quejaron.
En una época en que la discriminación contra homosexuales no estaba legalmente prohibida en la mayoría de los estados ni por el gobierno federal y muchas compañías la practicaban, la decisión de Cracker Barrel se destacó por su descaro.
“En realidad, explicaron esta política por escrito, lo que era, y sigue siendo impactante”, dijo al Herald Tribune David Smith, portavoz de Human Rights Campaign, una organización de defensa de los derechos de los homosexuales con sede en Washington.
La Caja de Retiro de los Empleados del Ayuntamiento de Nueva York [New York City Employees Retirement System], que poseía más de seis millones de acciones de Cracker Barrel, dirigió a otros accionistas para que usaran sus votos y otros medios legales para organizar la resistencia.
En marzo de 1991, Evins ofreció excusas y dijo que esa decisión había sido cancelada. Pero Nueva York y sus aliados lucharon hasta que en 2002 el 58 por ciento de los accionistas convencieron a la junta directiva de Cracker Barrel de que aprobara por unanimidad prohibir explícitamente la discriminación anti-homosexual en su política de contrataciones.

Dannie Wood Evins, que más tarde cambiaría su primer nombre para reflejar la grafía convencional, nació el 11 de octubre de 1935 en Smithville Tennessee, y creció en el cercano condado de Lebanon. Asistió a la academia militar y sirvió tres años con la Infantería de Marina, luego trabajó durante dos años como asistente del representante Joseph L. Evins, congresista durante quince años de Tennessee, que era su tío. A fines de los años cincuenta, volvió a Lebanon y trabajó como cajero en el banco de su hermano. Luego trabajó como corredor de petróleo para la Consolidated Oil, una compañía fundada por su abuelo.
Distribuía gasolina a pequeña cadena de estaciones de Shell, pero estaban en caminos secundarios cuando el sistema de autopistas interestatales mantenía a los conductores alejados de las carreteras locales. Decidió construir una gasolinera junto a la Interstate 40, con un restaurante y una tienda de regalos.
Pidió un préstamo de cuarenta mil dólares para construir el primer Cracker Barrel. Fue rentable desde el primer mes.
Seguidamente, Evins reunió cien mil dólares vendiendo la mitad de la nueva empresa a diez inversionistas locales. Para 1978, administraba 15 Cracker Barrels; para 1992, 124.
Permitía que los gerentes doblaran la base de su salario si alcanzaban metas de rentabilidad. Los empleados por jornal debían responder exámenes escritos sobre cosas como sanidad y políticas de la compañía; si lograban puntajes altos, recibían más beneficios médicos y mayores salarios.
Los dos primeros matrimonios de Evins terminaron en divorcio. Su tercera esposa, Margarita, murió el año pasado. Le sobreviven sus hijas Daina Warren, Kate Page y Besty Jennings; sus hijos Meacham y Joseph;  trece nietos.

20 de febrero de 2012

16 de enero de 2012
©new york times
cc traducción c. lísperguer

 

Restaurante Francés en Valparaíso


Viene a romper esquemas. Su dueño llegó por un intercambió universitario y, por amor, decidió quedarse en Valparaíso.
[Valparaíso, Chile] La comida francesa de a poco se está abriendo paso dentro de la gastronomía porteña.
Es así como el recién inaugurado restaurante Le Chat Botté, llega a romper el esquema culinario del sector del barrio puerto, característicos de las picadas de comida rápida, debido a los varios locales nocturnos que se encuentran en el lugar. Su especialidad, comida francesa.
Su dueño, Christophe Le Chevallier, lleva un año y medio viviendo en Chile, luego que llegara por un intercambio en la Universidad Católica. "Yo estudié ingeniería Comercial y llegué a Santiago por un intercambio universitario. Cuando vine a Valparaíso, me enamoré de la ciudad, me encantó y después conocí a la que ahora es mi esposa, por eso decidí quedarme".
Su señora, fue la verdadera responsable de que Le Chevallier, se quedara en Valparaíso. "Ella es de Horcón y me enamoré de ella, por eso decidí invertir en algo en la ciudad, para quedarme acá. No quería trabajar en una empresa haciendo lo que estudié y siempre me llamó la atención el ámbito gastronómico, por eso decidí poner el restaurante", señala Christophe Le Chevallier.

La Especialidad
Si bien, de un tiempo a esta parte, son varios los restaurantes franceses que han llegado a nuestra región, la especialidad de Le Chat Botté, son las famosas Crepes, similares a los nacionales panqueques.
"Sé que hay varios restaurantes franceses, pero ninguno que haga crepes aquí en Valparaíso, por eso esa es la especialidad de la casa. Hay dulces y salados, incluso me traje la máquina para prepararlos desde allá. Los crepes salados, aún no tienen mucho éxito, porque me he dado cuenta que el porteño es más bien dulce, pero de a poco va a ir saliendo", señala Le Chevallier.

Comida Chilenizada
La tarea no ha sido fácil, ya que han tenido que adaptar las recetas francesas a la cocina chilena, realizando una especie de fusión gastronómica. "Hemos chilenizado la comida por el tema de los ingredientes, porque hay cosas que aquí uno no encuentra, por lo que no están acostumbrados a comer, pero queda bastante sabrosa, que es lo principal".
Más de un mes abierto lleva este restaurante que de a poco va ganando su clientela. "Nosotros, con mi esposa, somos jóvenes, por eso queremos transformaron en un nicho para que muestren su arte, y todo lo relacionado con la cultura, por eso mismo, habrá sesiones de jazz, exposiciones fotográficas, pinturas y muchas otras actividades musicales, además de buena comida", señaló su dueño.
Todos los jueves tienen preparados panoramas para llamar la atención del público, es así como frecuentemente realizan degustaciones de vinos junto con un menú especial. "En chile lo más rico es el vino y por eso lo hemos unido a un menú especial de pescados y otras exquisiteces, adaptándolo, además, al bolsillo de todos los porteños", declaró Christophe Le Chevallier.

[Janett Rebolledo y Patricio Hodde]
17 de abril de 2009
©estrella de valparaíso

Restaurantes de Empanadas


Restaurantes de empanadas la llevan en el borde costero de Concón. Estos locales se han convertido en la alternativa preferida para quienes buscan una comida rica y liviana.
[Concón, Chile] Turistear en Concón es como pasear en un lugar donde el tiempo no cuenta, los relojes son adornos y la hora de almorzar puede ser cualquiera. Tanto así que no es extraño ver personas almorzando en una mesa de algún local, mientras que, en la de al lado, ya comienzan a tomar once o cenar.
Así es la vida en esta parte de la comuna, que la lleva en lo que a gastronomía se refiere, ya que posee una cantidad impresionante de restaurantes y picadas.
Pero dentro de esta inmensa gama de establecimientos, hay que decirlo, las empanadas la llevan. ¿Quién no ha ido especialmente a Concón sólo a comer empanadas? Todos prácticamente, y es que por años ha sido el panorama familiar de la gente de la zona, y ahora es punto fijo de llegada de todo turista, nacional y extranjero, que visita la región.

Los Clásicos
Son tantos los locales que las ofrecen, que la tentación es grande; sin embargo, son dos establecimientos los que la llevan en el rubro y, sin importar la hora, siempre están llenos de clientes.
Uno de ellos es el tradicional local de empanadas ‘Las deliciosas’, que lleva muchos años en el rubro, y que empieza, durante la época estival, su ajetreo cerca de las diez de la mañana, y se extiende hasta las 23.00 horas por las noches.
"La temporada ha estado muy buena, ha llegado harta gente, y de todo, pero siempre es más el turista nacional el que viene a comprar o llevar" cuenta Oliver Reed, administrador de ‘Las deliciosas’.
Aunque tienen una amplia variedad, las preferidas siempre son las mismas. "Salen todas, pero las que más llevan son las tradicionales como la camarón queso, la de marisco y la de queso sola", agrega Reed.

La Casa del Mono
Al otro extremo de la avenida de los restaurantes en Concón, a un costado de la Playa La Boca, está ‘La casa del mono’. Este lugar, en pocos años, ha logrado hacerse de su clientela y de un nombre. Al igual que ‘Las deliciosas’, están con gente todo el día, a diferencia de otros locales del mismo rubro.
"Acá la que más sale es la empanada de la casa, que tiene loco, macha, camarón, espárragos y champiñones, que es bien grande; también sale mucho la camarón queso y la tradicional de marisco", señala la dueña de ‘La casa del mono’, Verónica Díaz.
Una de las ventajas de este local, es que tiene juegos para niños, y están justo al lado de las clases de surf, por lo que los padres, generalmente esperan a sus hijos comiendo empanadas, mientras ellos están en el agua.

[Adita González]
14 de febrero de 2009
©estrella de valparaíso

Perla Gastronómica en el Pacífico


Para disfrutar de ricos mariscos y pescados al pasar por Concón, un lugar reconocido es La Perla del Pacífico. Guarda en sus rincones muchas historias.
Concón, Chile. El litoral de la Quinta Región, además de hermosas playas y entretenidos panoramas para el disfrute familiar, ofrece gran variedad de restaurantes, donde se puede deleitar buenos platos de pescados y mariscos.
Uno de ellos es la Perla del Pacífico, ubicado en la ciudad de Concón, en avenida Borgoño 25007. Un lugar donde además de degustar una rica comida, se puede apreciar la gran colección de antigüedades que su dueño expone en cada rincón.
‘La Perla’, como es conocido el local por los lugareños, lleva en la ciudad de cerca de 40 años, y durante todo este tiempo ha tenido gran prestigio, porque quienes asisten al lugar, junto con disfrutar de las delicias, pueden deleitarse con la colección que lo adorna, lo que lo hace parecer un museo de antigüedades marítimas dentro del mismo restaurante.
En el techo se puede apreciar la gran cantidad de barcos en miniatura, que son una exclusiva colección del local, que llegaron debido a que el propietario los compró para hermosear su restaurante, o porque simplemente alguien llegaba a realizar trueques de objetos por comida.
Así lo relató Ana María, trabajadora del lugar, quien en una oportunidad recibió a un hombre que traía una gran piedra de color amarillo y la cambiaba por un par de empanadas. Hoy la extraña piedra adorna la chimenea de La Perla del Pacífico.
Además, existen colecciones de máquinas de cocer antiguas, bollas colgando del techo, lámparas de antaño, timones de barcos y cuadros con paisajes marinos, que buscan hacer que los visitantes sientan el lugar más cercano al mar.
Un restaurante adornado como una antigua casa, donde las mesas resultan bastante hogareñas y buscan recibir a sus clientes de una forma familiar.
Ana María expresó que la afluencia de público es bastante alta, el que cada año ansía la temporada estival. Relató que incluso los turistas que llegan en trasatlánticos desean probar las "bondades que el mar chileno nos ofrece".
Veinticinco son las personas que trabajan de planta, pero durante los fines de semana, y principalmente el verano se contrata a más personal principalmente como apoyo a los garzones y a la gente de cocina, para poder cubrir la alta demanda del recinto.
Los platos más requeridos por los clientes son siempre: los jardines de mariscos, pailas y curantos, os que por lo demás, durante los primeros días del año hacen furor, pues alivian el cuerpo luego de una ardua jornada.
También una oferta importante de ‘La Perla’ son las empanadas, ya que para los turistas que van de paso por la ciudad, una empanada para el camino los encanta por su sabroso sabor.
Para La Perla del Pacífico la inminente crisis económica no ha sido un problema, ya que ellos creen que "siempre existe dinero para darse un gustito".
Este restaurante abre sus puertas durante el verano a las 9 de la mañana y no tiene un cierre determinado, pues todo depende de los clientes que lleguen a cenar, lo que puede ocurrir incluso entre las 0 horas y las 2 de la madrugada.
Durante el resto del año el horario de cierre es mucho más temprano, pues la cantidad de público se vuelve menor. A pesar de ello, cuentan con una clientela fija, pues ofrecen de lunes a viernes un menú de la casa.
[16 de enero de 2009]
[©mercurio de valparaíso]

La Merluza Frita de Bahía Mansa


Una nueva apuesta gastronómica en Bahía Mansa.
[San Juan de la Costa, Chile] "Las merluzas fritas más ricas de toda la costa" señala tener Gloria Asenjo en su pequeño restaurante a orillas de la caleta de pescadores de Bahía Mansa en San Juan de La Costa.
Esta microempresaria comenzó hace sólo ocho meses con el sueño de años, de poder contar con un restaurante a orillas de la playa.
"Siempre había querido tener mi espacio y cocinar, porque siempre me decían que tenía una excelente mano, así que me dispuse y hoy puedo ver como esto ha tirado para arriba, ya que todos los días hay muchos más clientes", sostiene esta alegre costeña.
Con una vista privilegiada y un menú que a pocos deja indiferente, el restaurante Glorimar ofrece precios para todos los bolsillos.
"Tenemos pescado frito, salmón, congrio y paila marina. Pero nuestra especialidad son las empanadas de camarones con queso, que los turistas, especialmente argentinos, piden mucho", señaló.

2 de septiembre de 2008
©austral de osorno

Murió Reina de las Hamburguesas


[Dennis McLellan] Lovie Yancey fundó la cadena de restaurantes Fatburger. A los 96.
Murió Lovie Yancey, fundadora de la cadena de restaurantes Fatburger, que empezó como un popular puesto de hamburguesas en Los Angeles Sur después de la Segunda Guerra Mundial. Tenía 96 años.
Yancey, que tenía neumonía, murió el 26 de enero en el Centro Médico Olympia en Los Angeles, dijo su hija Gwen Adair.
Yancey ya tenía un restaurante en Tucson y estaba viviendo en Los Angeles a fines de los años cuarenta cuando empezó a pensar en un nuevo negocio en el ramo.
"Me quedé con las hamburguesas porque eran el bocadillo que más rápido se vendía en Estados Unidos", dijo a la revista Wave en 1985.
Yancey empezó a incursionar en la comida rápida con su socio Charles Simpson, que trabajaba para una compañía de construcción y, se dice, utilizó materiales desechados para levantar un puesto de hamburguesas de tres taburetes en la Western Avenue cerca de Jefferson Boulevard.
Abrió en 1947, y el negocio se llamó Mr. Fatburger.
"El nombre del negocio fue idea mía", dijo Yancey. "Yo quería transmitir la idea de una gran hamburguesa con todo... Una comida en sí misma".
En 1952, Yancey se deshizo tanto de su socio como del ‘Mr.' del nombre del puesto. A partir de entonces su negocio se llamaría oficialmente Fatburger.
"Creo que ese puesto era un poco como un sobreviviente de posguerra que es un tributo al espíritu empresarial de una mujer estadounidense que realmente introdujo lo que sería un muy buen modelo del negocio de franquicias, dijo al Times Adriene Biondo, presidente de la Conservancy's Modern Committee de Los Angeles el viernes.
Desde el principio, Yancey fue un elemento fijo del Fatburger original, donde los clientes, entre los que se contaba con artistas como Red Foxx y Ray Charles, podían pedir sus hamburguesas a medida.
"Yo trabajaba dieciséis, diecisiete y hasta dieciocho horas detrás del mesón, siete días a la semana", dijo Yancey en la entrevista de 1985. "Volvía a casa, dormía unas horas y volvía a empezar".
Adair dijo sobre su madre que "estaba siempre allá para asegurarse de que todo se hacía como se debía. Incluso ya mayor, visitaba el local a conversar con la gente. Esa era su vida; le encantaba estar en el negocio".
Yancey no empezó con un puesto de hamburguesas nocturno, dijo en la entrevista, "pero se corrió la voz de que la comida era buena, y empezamos a recibir pedidos de los turnos nocturnos y de los trabajadores que salían temprano en la mañana -conductores de autobús, carteros, barrenderos- para que abriéramos más tiempo".
En 1973 Yancey abrió un Fatburger en La Cienaga Boulevard en Beverly Hills, y se convirtió en una parada favorita de famosos amantes a la hamburguesa.
"Una noche había una ceremonia y la gente llegó en limusinas, vestidos de esmoquin y todo", dijo Adair.
"Y tuvimos que cerrar las puertas, porque ya no cabía más gente".

Con los años, Fatburger ha sido inmortalizado en una serie de canciones, películas y programas de televisión, incluyendo la comedia ‘Sanford and Son', la película ‘A todo gas' [Rápidos y furiosos; The Fast and the Furious] y el sencillo de Ice Cube, ‘It Was a Good Day'.
Fatburger estuvo incluso en el ranking de los primeros diez de David Letterman de cosas que él echaría de menos si se marchaba de Los Angeles.
En 1981, Yancey empezó a ofrecer franquicias de lo que se anunció como ‘El último gran puesto de hamburguesas'.
En 1985, además de cuatro sedes de la compañía, había quince locales con franquicia.
"McDonald's, Burger King o Wendy's no me preocupan", dijo Yancey a Wave.
"Pueden ser más populares, pero una buena hamburguesa se vende por sí sola y no creo que nadie haga la hamburguesa tan bien como nosotros".
Durante tres años consecutivos, a partir de 1985, Fatburger fue mencionado en la lista Franchise 500 de la revista Entrepreneur.
Yancey vendió su compañía Fatburger a un grupo inversionista en 1990, pero se quedó con el control de la propiedad original en Western Avenue.
El puesto no llegó a ser clasificado como monumento histórico-cultural de Los Angeles.
La propiedad se vendió el año pasado, y Adair dijo que el nuevo propietario tiene intenciones de desarrollarlo.
Fatburger Corp., con sede en Santa Monica, propiedad de Fog Cutter Capital Group, tiene actualmente 93 locales en Estados Unidos, Canadá y Macao.
"Nos sentimos privilegiados de haber creado la cultura que creó Lovie", dijo Andy Wiederhorn , presidente de Fatburger, en un comunicado de prensa.
Yancey, que nació en Texas el 3 de enero de 1912, creó un fondo de 1.7 millones de dólares para el Centro Médico Nacional City of Hope en Duarte, en 1986, para la investigación de la anemia drepanocítica. La fundación fue el cumplimiento de una promesa que hizo a su nieto Duran Farrell, 22, que había muerto por esa enfermedad tres años antes.
Además de su hija, le sobreviven tres nietos y cinco biznietos.

dennis.mclellan@latimes.com

9 de febrero de 2008
2 de febrero de 2008
©los angeles times
[viene de mQh]


Mariscos Conquistan Los Angeles


Mariscos. Extravagancias en la mitad de una concha. Este deslumbrante plato de mariscos se puede hacer en casa. En la ciudad, es todo un acontecimiento.
[Los Angeles, Estados Unidos] Los tenedores de cóctel y tenazas para cascar cangrejos están esperándote. El espacio en el centro de la mesa está despejado, y todos en el restaurante te están mirando. Algo importante está por ocurrir.
Y entonces llega: una torre de bandejas cubiertas de hielo y mariscos,
tres capas apiladas hacia arriba. Estas glaciales y plateadas bandejas rebosan con una o más docenas de ostras en la mitad de su concha, y almejas y chirlas; buey del Pacífico; una langosta del Maine, cortada en dos; bígaros; mejillones al vapor; suculentas y grandes gambas escalfadas; y bonitos ostiones de la bahía en sus conchas de tintes rosados. Metido entre ellos hay gajos de limón, y, al lado, pequeños cuencos con salsa de cóctel, una cremosa mayonesa y una salsa mignonette perfectamente vinagrosa y salpicada de chalotas. Es el plateau de fruits de mer, y en la dorada luz del restaurante, con un vaso de champaña o de Chablis, te sientes como, bueno, como si el mundo fuera tu ostra, y ocurre que te gustan mucho.
Ostras (y cangrejos y langostas y mejillones...), los amantes de los mariscos pueden regocijarse. El plato de mariscos, un tradicional festín francés, está apareciendo en todas partes en Los Angeles, en el menú de Hungry Cat en Hollywood (donde están instalando un bar de mariscos), en Water Grill en el centro de la ciudad, en Fraîche en Ciudad Culver y el recién inaugurado Comme Ça al occidente de Hollywood. Y este es el momento perfecto para comerse una de estas bandejas. Nos acercamos a pasos acelerados hacia una temporada de ostras con más y más variedades.

En Nueva York, han estado presentes durante años, muy especialmente en Balthazar y Blue Ribbon, y ahora al fin están despegando en Los Angeles. Quizás hay algo en el aire. Salir a comer es más cosmopolita, y los comensales quieren un poco de excesos elegantes: un martini antes de la cena
(gin, por supuesto; va muy bien con las ostras) y un plateau para empezar. Esta es comida para gente guapa.
En Comme Ça los guapos llegan en masa y la bandeja de mariscos es abundante. "Tenía que incluirla en el menú", dice el chef-propietario David Myers. "Es espectacular". Aquí el espectáculo es o el plateau o el grand plateau, servidos ambos en una sola bandeja llena de hielo y algas, con ostras Malpeque y Skookum, almejas de la Isla del Príncipe Eduardo, pinzas de cangrejo, langosta del Maine, camarones y mejillones. Con la bandeja viene también una mignonette, salsa de cóctel y una reluciente mayonesa al estragón.
En Fraîche, en Ciudad Culverm el grand plateau es una torre de tres pisos (el petit plateau tiene dos capas). Ahora incluye tres tipos de ostras (Blue Point, Kumamoto y Kusshi); almejas; camarones; langosta; una ensalada de calamares aliñada con aceite de oliva y jugo de limón, cebolla roja, cebollinos y un ají rojo; ceviche de albacora marinada en jugo de limón, tomates, cebollas rojas, menta y peladuras de naranja y limón; y los mejillones vienen con una vinagreta de pepinos. Con la mignonette y la salsa de cóctel, también viene un rábano picante rallado fresco (queda genial con las ostras).

El Water Grill presta meticulosa atención a todo lo que pasa en el plateau. La langosta es perfectamente suculenta, los camarones gordos y tiernos, y las ostras son una selección bien pensada de lo mejor disponible en el momento.
Se toman el cuidado de que no se despilfarre el licor (tampoco se encuentran fragmentos de conchas). En una visita reciente, un amigo y yo nos arrastramos hacia la barra para regalarnos una extravagancia de ostras Raspberry Point, almejas, camarones mexicanos blancos, mejillones al vapor, bueyes del Pacífico, langosta y bígaros -los diminutos caracoles de aguas saladas, que venían apuntalados en el hielo con pequeños bastoncillos.
Nuestro vecino en la barra no dejaba de mirar por sobre el hombro, nostálgicamente, para pedir luego un adorable plateau para uno que venía en un plato de cristal, relleno de hielo y su propia extravagancia de mariscos. (Cuando lo pides en la mesa para más de una o dos personas, se usa la tradicional bandeja de aluminio, y se agrega una capa más).
La excelente selección de ostras puede incluir ostras Watch Hills, sabrosas y mantecosas; ostras Sinkus, suaves y claras; ostras Totten Inlets, dulces; las prístinas ostras Raspberry Points; las salobres ostras Olde Salts, de Virginia; las apetitosas ostras Coromandels.

Del Modo Que Lo Quieras
¿Es una entrada, el primer plato o el plato principal? Tradicionalmente, el plateau se sirve como un aperitivo, pero con ensalada y pan se convierte en un fantástico plato principal.
"Como lo quieras", dice el ex chef de Bastide, Alain Giraud, que está abriendo un restaurante en Santa Monica, con un bar de ostras y, por supuesto, los plateax de fruits de mer.
¿Y qué es un grand plateau? El nombre debe transmitir una sensación de abundancia y tiene una amplia variedad de mariscos: camarones, langosta, ostras, almejas, bígaros y ostiones. Suficiente de todo para todo el mundo. El plateau de fruits de mer ha sido siempre un exceso (se remonta a aristócratas del siglo diecisiete). Así que, por favor, no escatimemos las ostras.
"Adoro las almejas, pero deberías poner más ostras que almejas" en un plateau, dice Myers, de Comme Ça. "La cantidad depende del tamaño de las ostras". (En cuanto a las almejas ahora tiene de las pequeñas almejas redondas, pero "quiero traer algunas variedades de Japón; sus sabores son increíbles").
"Debería ser bonito", dice el chef de Water Grill, David LeFevre. "Cuando llega a la mesa, la gente debería decir: ‘Oh, Dios mío'. Me gusta que el marisco se vea vivo, como se ve la cabeza de las langostas".
Y, por cierto, los mariscos deben estar absolutamente frescos y prístinos y preparados con absoluta perfección, ni recocidos ni poco hechos. La langosta debe ser blanda, no dura. El camarón, incluso con la caparazón, debe ser desvenado. Y los músculos de las ostras deberían estar cortados, de modo que las ostras simplemente se deslicen hacia fuera. ¿Quién quiere pelear para extraer a la ostra de su concha y perder todo su precioso líquido?
De hecho, todo debería ser fácil de comer. El cangrejo y las pinzas de langostas deberían estar cascados, por ejemplo. "El comensal todavía puede divertirse excavando ahí dentro", dice LeFevre, "pero no puede estar tan duro que sea pesado".

Y tienes que tener los complementos apropiados. Aparte de los clásicos, LeFevre prepara a veces una salsa de mostaza molida en piedra para los cangrejos y una togarashi-yuzu (pimienta y cítrico en japonés), una salsa para los ostiones.
Su mayonesa hecha en casa lleva un deje de azafrán. Myers sirve su plateau con delgadas rebanadas de pan negro y mantequilla dulce, una tradición europea de la vieja guardia.
Así que, ¿dónde se come el mejor plateau? Water Grill se destaca por la fabulosa calidad de sus ostras, la presentación y atención por el detalle. Pero aunque sea difícil de creer, en casa puedes preparar una todavía mejor.
Una razón es que amplia variedad de mariscos que puedes pedir a los abastecedores -imagina coronar el plateau con un erizo de mar, con todas sus púas, cubierta con sus fantásticas huevas, recién sacadas de la concha. También puedes adquirir caracoles de mar, bígaros y berberechos.
Es fácil cocinarlos (quiero decir, los mariscos crudos) bien, y puedes incluir exactamente lo que quieres. (Si los amantes de las ostras desdeñan las almejas crudas, déjalos fuera). Los mejillones en los plateaux de restaurantes son a menudo desabridas; en casa puedes dedicarles el tiempo necesario para hacerlas bien.

[Carlos Chávez y Betty Hallock]
[4 de diciembre de 2007]
[7 de noviembre de 2007]
los angeles times]
[viene de mQh ]

La Picá de Martín


[Madelaine Durán] De una modesta pescadería pasaron a ser un local de culto. Precios bajos y buena comida, sumados a un ambiente familiar.
[Concón, Chile] "Si nos hubieran preguntado hace tres años si pensábamos que el restorán se iba a convertir en uno de los locales más queridos por la gente, no sólo de Concón sino también de Santiago, no lo hubiéramos creído. Nosotros empezamos de cero y ahora estamos pensando en ampliarnos".
Con sorpresa, pero no sin orgullo, Juan Pablo Hormazábal, hijo del comerciante Juan Hormazábal, analiza el motivo del éxito de ‘la Picá de Martín', el negocio familiar que en el año 2004 era una pescadería ubicada en calle Pimpinelas, de Concón, y hoy es un restorán que no necesita publicidad para llenarse constantemente.
Es que la fórmula para haberse alojado en el corazón, y también en el estómago de sus fieles comensales, fue de la mano del esfuerzo y de los ricos platos que ideó su padre en base a los mismos productos del mar que expenden a un costado del local.

A Pedido del Público
"Acá fueron las personas las que nos dieron la idea de preparar platos; mariscales fue lo primero, para probar cuando pasaban a comprar pescados y mariscos y aprovechaban de saludar al maestro de cocina", recalcó.
Fue así como "comenzamos a vender mariscales cocidos a precios módicos para que la gente fuera conociendo el gusto y a la gente le comenzó a gustar".
Entonces, lo que hasta entonces era la casa familiar se convirtió en un pequeño local "y empezamos a poner mesitas en el comedor para clientes amigos que querían servirse un mariscal de pasada. Eso hizo que la gente empezara a recomendarnos, hasta que un fin de semana, después de unos cinco meses, empezó a llegar más gente. Llegó tanta que comenzó a repletar la casa, había gente esperando y nosotros solamente contábamos con pocos insumos, una sola cocina y todo doméstico".
Por eso, como hombre visionario, Juan Hormazábal invirtió un capital en comprar una cocina más grande, y de esa forma "el local, que en esos días era clandestino, se hizo legal y eso hizo que ahora el restorán se bautizara con el nombre del dueño: la Picá de Martín.
Un nombre que no es de fantasía, pero que con la creciente fama de sus platillos se comenzó a masificar, sin saber que la denominación "se la dieron a mi papá cuando trabajaba como pescador en la caleta de Concón, antes de que instalara la pescadería", contó su hijo de 23 años, quien hoy es el encargado de administrar el local.

De Boca en Boca
El éxito no se hizo esperar, y la primera planta del improvisado restorán se hizo insuficiente, por lo que "tuvimos que trasladarnos porque el local se amplió al segundo piso donde vivíamos. Se echaron abajo todas las paredes de lo que eran nuestros dormitorios y colocamos más mesitas, pero igual la gente repletaba el lugar y había gente esperando afuera".
Tanto, que en el verano de 2005 el restorán se convirtió en la novedad de Concón, "gracias a que las mismas personas que venían nos hacían publicidad, especialmente los que vienen de Santiago, ellos son los que pasan el dato".
Y aunque la mayor afluencia de público se observa los fines de semana, Juan Pablo insistió en que "acá no nos abandona la gente del sector, a los que llamamos clientes de invierno, que llegan al almuerzo y durante el día, porque estamos abiertos de las 12 a las 23.30 horas".

¿Ampliación?
Muchos de sus comensales habituales, enfatizó, "son las mismas personas que cuando empezamos nos decían yo quiero servirme ese pescado y ese pescado. Entonces lo tomaba el maestro, lo llevaba a la cocina, lo fileteaba, lo preparaba y listo. Eso es lo que a la gente le gusta y por eso siguen viviendo cada vez más".
La buena respuesta de la gente llevó a la familia Hormazábal a planear la ampliación del restorán. "Hace poco compramos una propiedad cerca de acá, en la misma calle, y vamos a trasladar la pescadería para allá, a una cuadra no más. Entonces, la parte de la pescadería la vamos a habilitar para poner mesas mientras tanto. A futuro, pensamos poner una picada de Martín 2, pero con tiempo y de a poco, porque este negocio empezó de cero y eso es lo que a la gente le gusta, que hemos crecido con esfuerzo", dijo el hijo del dueño, que al momento de esta entrevista se tomaba un merecido descanso.

Bendición
El crecimiento que experimentó La Picá de Martín benefició a toda la familia, que trabajó por alcanzar ese objetivo.
"Esta es una bendición para todos, porque a todos nos permitió subir un peldaño más. Acá hay gente trabajando que antes estaba en la caleta y que ahora hace trabajos en el restorán, en la cocina o sirviendo las mesas. La gente que trabaja acá era en su mayoría pescadores y mi papá los invitó a trabajar con él", comentó Juan Pablo Hormazábal.
Argumentó que "el restorán fue una idea suya. Él siempre fue emprendedor, porque antes trabajó como maestro de cocina en restoranes de Reñaca, después fue comerciante y proveedor de varios locales y luego se fue a trabajar en la caleta. Al tiempo se instaló con la pescadería y después el restorán, pero nunca e imaginó que iba a tener esto".
Recalcó que "nosotros empezamos de cero y esa es la mística del restorán y lo que a la gente le gusta de nosotros, porque la gente que viene y que nos conoces nos ve como personas de mucho esfuerzo".
Una empresa familiar que trabaja coordinadamente y en la que participan "cuñados, concuñados, hermanos, sobrinos, toda la familia. La gente nos conoce y lo sabe y por eso nos ayuda hablando de nosotros. Además, acá ofrecemos platos baratos y buenos, y además las personas pueden traer su vinito y descorcharlo acá sin costo. No hay problema con eso", insistió.

4 de octubre de 2007
26 de mayo de 2007
©mercurio de valparaíso
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Camareros Reclaman Propina


[Juan Carlos Astuya] Garzones felices con el 10%. Iniciativa fue presentada en el parlamento por el alcalde de Chillán Viejo.
La idea de recuperar la ley que permitía a los garzones obtener el 10% del consumo como propina legal, presentada ante la Cámara de Diputados por el alcalde de Chillán Viejo, Julio San Martín, fue muy bien recibida por los trabajadores del rubro en Valparaíso.
Cristián Caneo Rojas, garzón del restaurante Marco Polo, dijo que "sería sensacional que pudiéramos recuperar ese 10%, aunque aquí las propinas de nuestros clientes son bastante buenas. Pero, a veces la gente usa tarjetas (bancarias) y, algunas veces, las personas no dejan propina".
Milisa Gallardo, del local Vitamin Service, manifestó que "si se logra eso tendríamos una propina asegurada. Esto, porque a veces las personas no dejan o entregan muy poco".
Pero, en cambio su colega, Jennifer Alvear, no está de acuerdo. "Yo prefiero que los mismos clientes nos den una propina. Esto, porque uno siempre tiene clientes fijos que a uno la tratan muy bien y dejan buenas propinas. Por eso, no estoy de acuerdo con ese proyecto".

12 de septiembre de 2007
estrella de valparaíso