Ruta del Cochayuyo
[Nelson Zapata] Meñaco de casa de piedra, y su sacrificada vida.
[Temuco, Chile] En la ciudad, suele decirse que cuando anda gente en carreta vendiendo cochayuyo, es porque va a llover. La última semana llovió en Temuco, y bastante, aunque responsabilizar de ello a la familia Meñaco, sería quizás malintencionado, tomando en cuenta el enorme sacrificio que significa para ellos trasladarse desde la costa.
Ellos provienen de Casa de Piedra, sector ubicado a 20 kilómetros al sur de Tirúa. En octubre recogieron el cochayuyo desde las rocas de su sector. Hace alrededor de dos semanas emprendieron un largo viaje en tres carretas desde Casa de Piedra, pasando por Tranapuente. Luego Carahue, y su destino: Temuco.
Noches de Frío
Diez días estuvieron en la capital regional, Juan Meñaco, su hija, su hijo, yerno, nuera y tres nietos, el menor de un año tres meses.
El patriarca desde niño que participa de estos viajes. Su abuelo también, al igual que sus pequeños nietos.
Junto a las tres carretas repletas de cochayuyo arrastradas por seis bueyes, se estacionaron detrás del liceo Tiburcio Saavedra, y luego tras el rodoviario, lugares donde pasaron largas noches de frío a la intemperie.
"Tienen que pernoctar en lugares donde haya pasto, para que puedan comer los bueyes. Además tienen que dormir cerca de los animales, para que no los roben, aunque eso sería una maldad, ya que son muy sacrificados", explicó en un español con acento germano, Gerardo Weber, pastor alemán que hace más de 20 años que está en Temuco, y que ha seguido la pista de los cochayuyeros.
Cada día en Temuco lo dedicaron a recorrer las calles y a ir a la feria, donde es más apetecido su producto.
Este viaje es una vez al año, es decir, es el trabajo de toda la temporada.
Pero esta vez no les fue bien. Se devolvieron a Casa de Piedra con una carreta llena, con cochayuyo que, esperan, puedan vender en los pueblos a su paso. De alguna manera hay que hacer el dinero para el resto del año.
Ellos provienen de Casa de Piedra, sector ubicado a 20 kilómetros al sur de Tirúa. En octubre recogieron el cochayuyo desde las rocas de su sector. Hace alrededor de dos semanas emprendieron un largo viaje en tres carretas desde Casa de Piedra, pasando por Tranapuente. Luego Carahue, y su destino: Temuco.
Noches de Frío
Diez días estuvieron en la capital regional, Juan Meñaco, su hija, su hijo, yerno, nuera y tres nietos, el menor de un año tres meses.
El patriarca desde niño que participa de estos viajes. Su abuelo también, al igual que sus pequeños nietos.
Junto a las tres carretas repletas de cochayuyo arrastradas por seis bueyes, se estacionaron detrás del liceo Tiburcio Saavedra, y luego tras el rodoviario, lugares donde pasaron largas noches de frío a la intemperie.
"Tienen que pernoctar en lugares donde haya pasto, para que puedan comer los bueyes. Además tienen que dormir cerca de los animales, para que no los roben, aunque eso sería una maldad, ya que son muy sacrificados", explicó en un español con acento germano, Gerardo Weber, pastor alemán que hace más de 20 años que está en Temuco, y que ha seguido la pista de los cochayuyeros.
Cada día en Temuco lo dedicaron a recorrer las calles y a ir a la feria, donde es más apetecido su producto.
Este viaje es una vez al año, es decir, es el trabajo de toda la temporada.
Pero esta vez no les fue bien. Se devolvieron a Casa de Piedra con una carreta llena, con cochayuyo que, esperan, puedan vender en los pueblos a su paso. De alguna manera hay que hacer el dinero para el resto del año.
18 de julio de 2007
13 de mayo de 2007
©austral de temuco
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